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28 de octubre de 2011

Perros para la salud humana

Agresividad, timidez o depresión

La línea de trabajo del presente estudio analiza principalmente la influencia de la ansiedad del hombre sobre su perro, fenómeno que podría hacerse extensivo a otros componentes del comportamiento como la agresividad, la timidez, la depresión y otros aspectos del carácter del hombre los cuales no se tratan  para evitar la dispersión de datos y conceptos. El estudio ha seguido una metodología etológica, por lo que, el problema más grave con el que ha habido que enfrentarse para llevar a cabo la investigación ha sido el tener que trabajar con dos especies filogenéticamente tan distantes y distintas entre sí como son el hombre y el perro.
Teniendo en cuenta la influencia del comportamiento del hombre sobre su perro, y siguiendo un camino inverso, resultaría posible llegar a establecer determinadas terapias a personas que sufren anomalías, enfermedades o ciertas alteraciones de la conducta, como depresión, ansiedad, o neurosis, por citar algunos ejemplos. En estos casos, el proceso debería efectuarse al revés de lo indicado hasta ahora. Mediante la intervención de profesionales de la salud, el perro podría ser utilizado para inferir a la persona en cuestión mayor seguridad en sí misma, mayor responsabilidad en niños inadaptados, más confianza en personas tímidas o utilizarse como favorecedor de curaciones o mejorías en distintas psicopatológicas.
Donde puede llevarse a cabo una labor intensa de correlaciones de comportamientos es, sobre todo, en la población infanto-juvenil con alteraciones de su comportamiento. La inadaptación, la inseguridad, la agresividad o la antisociabilidad en los niños puedan ser objeto de terapias con perros estableciendo previamente la correlación de comportamientos y estudiando en cada caso concreto la idoneidad de una determinada raza o de un adiestramiento del animal.[1]
En definitiva, tras la comprobación experimental de la existencia de una influencia entre el comportamiento básico del hombre sobre su perro, podría afirmarse que existe igualmente una influencia del comportamiento del perro hacia el hombre, especialmente si los profesionales trabajan en esta línea a fin de conseguir un objetivo concreto como realizar terapias asistidas con animales para el tratamiento de una determinada enfermedad. Los resultados son óptimos en niños y adolescentes.
(Continúa)

[1] Desde 1977 se han efectuado varios estudios concretos sobre niños tímidos que asistían a la Escuela de Adiestramiento de Propietarios de Perros en donde se ha constatado una notable mejoría de su timidez después de varios meses de clases conjuntas para el entrenamiento de su perro.