Los niños sienten un apego especial para con los perros. Entre ellos funciona perfectamente la comunicación instintiva, sin necesidad de un excesivo entrenamiento. Se entienden con el lenguaje no verbal, fundamentalmente.
Asimismo, las personas que por cualquier circunstancia se encuentran solas o enfermas, sienten especialmente una relación natural hacia los perros, de ahí que funcionen tan bien las terapias asistidas con animales, porque en estos casos no importan las palabras, sino el tacto, las caricias y la tranquilidad de ofrece el animal.
En resumen, niños, personas mayores y enfermas alcanzan una comunicación estrecha con los perros, debido a que utilizan básicamente el lenguaje instintivo y no se preocupan demasiado en los aspectos superfluos. Cuando estas personas se dirigen a un animal, éste responde con naturalidad a una caricia o acepta de buen grado una golosina sin más. Los perros suelen tener una cierta preferencia hacia niños y mayores, precisamente porque están a gusto sin las imposiciones, límites o temores, que provocan a veces numerosos propietarios.